Nova y el tiempo


Nova tiene algo que hace mucho tiempo perdimos: el goce del tiempo. El espectáculo del transcurrir sin otra justificación que el fluir en sí. Nova se lame meticulosamente cada milímetro de su pelaje, de sus patas. Se detiene a las afueras de su plato de comida y parece encontrar lo individual y único de cada bolita de Cat Chow antes de engullirla. En cambio nosotros,
los humanos, estamos constantemente haciendo cosas (trabajar, comprar, vender, interactuar...) bajo la premisa de aprovechar el tiempo, de optimizar ese recurso "limitado", soslayando que no somos otra cosa que tiempo (y memoria) y que la manera más natural de conectarnos con éste es gozando, como Nova, del tiempo puro. No es la contemplación casi autista del monje, pero tampoco la vida estresada de las quincenas, es sencillamente andar con suavidad por los bordes de la vida, por esos senderos que no aparecen en los manuales de normas de cortesía y menos aún en las ofertas de fin de semana.